Sí. El cine, igual que otras formas de arte, es utilizado para sugerir ideas en la mente de las personas, que potencial y eventualmente se transforman en opiniones, acciones y modos de ver las cosas. Esto sucede porque las expresiones perceptibles de una obra artística o ficticia– quiero decir, las buenas obras de arte – son simbólicos de contenidos psíquicos de los estratos más profundos del subconsciente, de manera que el mensaje transmitido es subliminal.
Este uso del arte no ha pasado desapercibido para las personas que se encuentran en posiciones que les otorgan el poder político y económico de las poblaciones humanas, y es bien sabido, como tú dices, que las películas estadounidenses de Hollywood son empleadas como fines propagandísticos en algún sentido que beneficie al aparato de poder totalitario centrado en la nación “democrática” por excelencia. Esto a veces es muy evidente, pero hay veces que no, porque hay ciertos temas en las obras de ficción para los cuales la mayoría de las personas no posee un marco de referencia con el cual relacionar lo que ven, pero esas ideas permanecen allí, como semillas que gestan un árbol y eventualmente un fruto. Me refiero al cúmulo de significados clasificados como de carácter esotérico y oculto, el cual, a falta de referencia, son considerados como diabólicos o absurdos por la opinión general. La influencia de estos “absurdos,” así como los medios de entretenimiento, no deben ser tomados a la ligera, porque es precisamente de esa manera que llegan a la psique eludiendo el escrutinio consciente.
No, a ver; yo creo que sí hay que hablar de conspiraciones. La gente que produce y concibe películas en Hollywood son la mayoría personas muy inteligentes y con una amplia educación – aunque hayan entre ellos quienes no hayan ido a la universidad – y versadas en el lenguaje simbólico que introducen en obras. Al estudiar y comprender, al menos parcialmente, lo que ellos buscan recrear en las mentes de los demás a través de ficciones aparentemente destinadas a simple entretenimiento, uno se da cuenta de que no existe una conspiración (en el sentido de agrupaciones o individuos que traman en secreto un perjuicio o arrebato del poder o soberanía de otros), sino una verdadera guerra secreta de conspiradores entre sí en lucha por tratar de dirigir el destino de la humanidad hacia uno u otro sentido, bajo la apariencia de civilidad en las ceremonias de premiación del Óscar.
Existen obras cinematográficas y de ficción que han dotado de sus símbolos e inspiración a movimientos sociales como el Occupy, de las cuales, la más obvia es la película de V de Venganza, cuya emblemática máscara se ha convertido en símbolo de la contracultura del descontento social y la lucha contra las corporatocracias y oligarquías que también mencionas. En este sentido, varias formas de entretenimiento están incorporando contenidos que inyectan a la mente colectiva la idea de una revolución global en pro de la libertad de las masas oprimidas por la mafia gubernamental, la del complejo industrial-militar, bancos, transnacionales, crimen organizado, etc. Y estas formas de entretenimiento son financiadas con exactamente el mismo dinero que está patrocinando las otras formas de entretenimiento que promueven la idea contraria: la conservación y consolidación de las estructuras en el poder...
La gente a cargo del dinero es inteligente, y se pueden poner de acuerdo fácilmente entre ellos. ¿Cómo es que sucede esta aparente contradicción en la toma de sus decisiones?... Yo pienso que la respuesta es que, en parte, existe un conflicto de intenciones e intereses dentro del grupo de gente de capitalistas y creativos, por lo cual existen básicamente dos tendencias en la industria del entretenimiento – igual que en la política: una de derecha y otra de izquierda, por decirlo de algún modo, una a favor del cambio de modelo y otra a favor de la conservación de ese modelo.
Por otra parte, ese conflicto mismo es algo que es deseado en sí, así como también, es deseado que exista en el futuro la intención de un cambio o revolución global, porque esto daría a la gente la ilusión de que está al control de las cosas, que es exactamente lo que sucedió con el movimiento revolucionario, que engendró el sistema democrático actual, y el cual se originó con la corriente artística del romanticismo, supuestamente de difusión patrocinada por misteriosos mecenas que deseaban arrebatar el poder de las manos de la iglesia romana y la aristocracia nominada por ellos.
Es así como Hollywood promueve también una idea de oposición al sistema. El conflicto representa una expresión fundamental en la vida humana, que implica una visión dualista en donde la lógica es que si uno no encuentra la respuesta en una parte, entonces la otra parte contraria y opuesta debe ser la vía válida, debe ser lo que andábamos buscando.